Los Ejércitos
En el ejército nacional
la dirección militar fue estricta, bajo el mando
del "Generalísimo", y todas las
unidades estaban completamente militarizadas y encuadradas
en unidades regulares.
En el bando republicano, la
regorganización del ejército fue más
tardía, con la militarización de las milicias
populares. La base de la organización del ejército
republicano la constituyen las "brigadas mixtas".
En el ejército republicano,
junto a jefes y oficiales profesionales, pronto destacaron
dirigentes militares salidos de las organziaciones sindicales
(Lister, Cipriano Mera...).
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La Oposición al Alzamiento
La rebelión militar
contra la República fracasó en las grandes
ciudades, donde militantes de sindicatos y partidos de izquierda
consiguen plantar cara al ejército y parar el golpe
militar.
En Barcelona y Bilbao, la Guardia
Civil y la Guardia de Asalto se mantienen fieles a la República.
Una buena parte de los generales
y del ejército permaneció fiel a la República,
pero ésta carecía de oficiales superiores
con experiencia en infantería de combate. Por contra,
el ejército rebelde contaba con las expertas unidades
de combate del ejército africano y la mayoría
de los coroneles jóvenes.







La Resistencia
Tras la caída del Frente Norte y
de la derrota del Ebro, la consigna del gobierno republicano
era resistir a ultranza, con la esperanza de que se desencadenase
un conflicto europeo entre las democracias y el fascismo.
El símbolo de esta resistencia fue
la defensa de Madrid, cercado por las tropas nacionales,
donde se recuperó la consigna propagandística
del "¡No pasarán!"
¿Guerra o Revolución?
Los grupos del sector
republicano estaban enfrentados entre sí por cuestiones
ideológicas y de estrategía.
El Partido Comunista preconizaba la unidad para enfrentarse
al enemigo. Por ello buscaba la alianza con la buguesía
media y los pequeños empresarios y campesinos bajo
el lema "primero ganar la guerra".
Otras fuerzas (anarquistas, POUM) entendían ("Guerra
y revolución") que había que tomar medidas
colectivizadoras para contar con el apoyo popular.
Los enfrentamientos llegaron a su culminación en
mayo de 1937 con combates en Barcelona entre ambos grupos.
El Exilio
Al terminar la guerra, se abrió otra
herida: la de los exiliados, obligados a abandonar el país,
y que se amontonaron en los campos de refugiados de las
costas francesas o huyerona Latinoamérica (sobre
todo a Méjico y Argentina).
Se calcula que unos 300.000 españoles
salieron del país, muchos de los cuales ya no regresarían.
La Mujer en la España Republicana
Las mujeres desempeñaron un papel
decisivo en la resistencia social al fascismo: trabajo en
las fábricas, voluntariado en servicios sociales,
campañas educativas y actividades de apoyo a los
combatientes.
Aunque la mayoría de las mujeres
canalizaron su energía al esfuerzo bélico
en la retanguardia, algunas se enrolaron en la milicia,
participando en las acciones de combate. En 1937, con la
creación del E.P.R., las mujeres fueron retiradas
del frente.
La Represión
Las ejecuciones sumarias
en la retanguardia fueron uno de los aspectos más
atroces de la guerra. Los asesinatos se contaban por miles,
incluso en aquellas provincias, como las castellanas o gallegas,
en las que triunfo la rebelión sin apenas oposición.
Historiadores como Gabriel
Jackson estiman en más de 100.000 el número
de ejecutados por el bando nacional durante la guerra y
los años cuarenta.
La Mujer en la España Nacional
La situación de la mujer en la España
Nacional es la historia de una vuelkta a la sociedad patriarcal
y a su papel sumiso tradicional. La familia, el hogar y
las labores asistenciales (Auxilio Social, Frentes y Hospitales...)
serán sus principales ámbitos de actuaciones.
La victoria en la guerra del bando nacional
determinó un retroceso en los avances experimentados
en la situación social de la mujer a lo alñrgo
del siglo XX, acabando con el ideal emancipador de la mujer.
Las "Milicias"
En el comienzo de la Guerra Civil sólo
el bando nacional disponía de contingentes militares
de envergadura y organizados.
El bando republicano era un conglomerado
de oficiales, soldados, guardias civiles y, sobre todo,
ciudadanos movilizados por als organziaciones sindicales
y partidos de izquierda.
Estas "milicias" constituyeron
inicialmente el grueso de las tropas republicanas.
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